domingo, 13 de noviembre de 2011

Una buena razón


[Final]
Necesito fuerza para seguir con este descabellado plan, pero la verdad es que todo me da miedo. He limpiado mi habitación y le he dado un trago a la botella de tequila sobre la mesa para poder dormir. Sonó la alarma a las 4:30 y me levanté sin ningún esfuerzo. Tomé la ropa qué dejé sobre la cama, me vestí y salí sin hacer ruido. Después de esperar un rato en la esquina, por fin encontré un camión y lo abordé.

Solo puedo pensar en los peores resultados para lo que estoy a punto de hacer. Espero que cuando llegue a mi destino olvide todos mis pensamientos negativos y solo piense en un buen final para esta aventura, si es que vivo lo suficiente para escribirlo. Si no, espero que si alguien lo lee imagine alguno bueno en el que todo esto termine y México vuelva a la normalidad o que mejore. No he idealizado a ningún político como el salvador del pueblo, pero veo esta pesadilla como una lección que todos debemos aprender. Esto pudo haber sido evitado si nuestros funcionarios no hubieran aceptado sobornos tan prometedores que terminaron en la muerte de cada uno de ellos y la huida de nuestro presidente. Quisiera creer que si esto termina, cambiará la forma de pensar y gobernar de nuestros políticos.

He llegado a Indios Verdes. Caminé dudando de cada paso que daba hasta llegar a un lugar repugnate en el que fui sorprendida por unos individuos de mal aspecto que me llevaron con ellos. Me hicieron toda clase de preguntas, y cuando vieron que no era un soldado me preguntaron si quería unirme a la lucha. Acepté, y de inmediato me raparon, me mostraron mi dormitorio y después fuimos a un salón lleno de armas donde me dieron mis primeras lecciones de cómo resistir la tortura y engañar al polígrafo.

Llevo una semana aquí bajo las coladeras. He conocido a los miembros del grupo. Son personas que tenían una vida, hasta que cicatrices en forma de A se las quitaron. Conocí también a algunas personas que estuvieron en los centros de regeneración social. Me explicaron que son drogados e hipnotizados para quebrar su voluntad y finalmente hacer que obedezcan las leyes.

Me doy cuenta que no tengo mucho en común con ellos. Yo no he perdido a nadie que me importe ni he sido torturada ni marcada. Parece que mis razones son un tanto egoístas en comparación con las de los demás.


1 comentario:

  1. ¡Muy bien! Un solo encabalgamiento... Una entrada excelente pero tiene varios detalles que hay que arreglar.

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